dilluns, 9 de febrer del 2009

Excursión a Albarracín (8-02-2009)




El dia amaneció bastante despejado, aunque no eran las previsiones. Eso sí, hacía mucho frío. Al llegar a Albarracín desde la carretera de Teruel aparcamos el coche en el propio pueblo. Hay un par de aparcamientos habilitados en la parte baja del casco antiguo. Nos dirijimos a almorzar a un parque cercano y al lado del rio Guadalaviar. El refrigerio consistió en coger fuerzas para poder subir a las murallas, en lo alto de la localidad, y aunque no estan lejos, sí hay una buena pendiente. Después fuimos a tomar unos cafés para entrar en calor, con vistas a la posible dura caminata que nos esperaba. La temperatura, entoncés, rondaba los 4º y medio. Durante la subida a las murallas los niños no pararon en ningún momento, corriendo e investigándolo todo, y nosotros nos oxigenamos con el aire fantástico de la sierra y las impresionantes vistas que se nos ofrecían desde lo alto.

Después de la caminata fuimos, otra vez, a los coches y nos dirijimos a la zona nueva del pueblo, al barrio del Arrabal. Desde allí cogimos la carretera de las Bezas en dirección a la zona protegida de los pinares de rodeno. Un poco más tarde de entrar en ella aparcamos en uno de los lugares habilitados para ello. Ya había hambre y los niños nos pedían la comida.
Cercana a los aparcamientos había un merendero con mesas grandes, aunque tuvimos que utilizar dos de ellas para comer. Entre risas y buen ambiente transcurrió el rato. Alrededor nuestro se veía un frondoso bosque y unas formaciones rocosas muy características de allí, y en donde se esconden los abrigos famosos de pinturas rupestres. Fuimos a visitar uno de ellos, y lo localizamos después de un paseo entre los árboles y disfrutar del paisaje.



Como ya iba haciéndose tarde nos fuimos, poco a poco, hacia Valencia, pero paramos en la carretera de Javalambre donde los niños disfrutaron un rato con la nieve.



diumenge, 8 de febrer del 2009

ALBARRACÍN


Nada hace presagiar al viajero que detrás de aquella cerrada curva, que discurre a orillas de un manso río, se halla Albarracín, una de las más ensoñadoras villas del viejo Aragón. Abrazada como está por el Guadalaviar, encaramada a un peñasco al que cuesta modelar, Albarracín ha sorprendido al tiempo y hoy se conserva igual que en el siglo XVII, cuando la historia quiso que empezara su decadencia.


Tiempo atrás Albarracín había desafiado a todos los pueblos de su alrededor. Fue en el siglo X cuando en este núcleo musulmán se instaló la familia bereber Banu Razín, cuya notoriedad iría ligada de por vida al devenir del pueblo.
Los Razín proclamaron su independencia e hicieron de Albarracín una taifa que duró más de un siglo. Este carácter indómito e independentista no se borraría con los años. Al contrario, la taifa fue la última, junto a Zaragoza, en claudicar ante las dinastías almorávides. Pero la historia no se para ahí. Desaparecida la dominación árabe, un caballero de nombre Pedro Ruiz de Azagra, de Navarra, se hizo con Albarracín convirtiéndola en un fuerte acordonado por una muralla que aún se conserva en perfectas condiciones.

Azagra rompió relaciones con Aragón y Castilla. Sus sucesores gobernaron como señores feudales hasta bien entrado el siglo XVI. Entonces, la historia recriminó a Albarracín su carácter indómito y la castigó con el ostracismo.
EL PASADO.
Pero ya era tarde. Albarracín se había hecho con un perfil tan inconfundible y original como bello. Todo lo que fue lo puede ahora admirar el viajero. Este pueblo está recorrido por una muralla que parece la cola de un animal mitológico. De la época de Banu Razín aún siguen en pie las torres del Agua y la del Aguador, reparadas durante el mandato de esta familia. De la posterior época feudal todavía se conserva la Torre de doña Blanca, a la que asocian con ciertas leyendas oníricas. Hay quien cuenta que Blanca de Aragón murió de pena y tristeza en aquella fría torre. Aún hoy, en las noches de luna llena, se dice que su alma baja a las orillas del Guadalaviar, donde se baña su espíritu.
Esta ciudad de sombras se hace más densa en las gélidas noches de invierno. Es entonces cuando Albarracín cobra su mayor encanto: las luces que la iluminan adoptan formas que bien merecen ser rescatadas en la cámara fotográfica del viajero. Los arquitectos que la diseñaron desafiaron las leyes más elementales de la física. Sólo con una extraordinaria imaginación se puede intuir cómo muchas casas siguen aún en pie.

Las grandes rejas de los ventanales, las aldabas con formas de salamandra, los anchos voladizos de las casas solariegas le confieren unas peculiaridades que raras veces pueden contemplarse en otros sitios de la España peninsular. Desde la Plaza Mayor se accede por una calle estrecha, de extraordinaria belleza mística, a la catedral del Salvador, que en su interior conserva numerosas piezas de imaginería de incalculable valor. Destaca en ésta su altar mayor, al que ensalzan como cumbre del arte aragonés. Al lado se ubica el palacio episcopal, del siglo XVII. En su planta noble, que ha sido recientemente restaurada por los alumnos de la Escuela Taller, se encuentra el museo diocesano.
CIUDAD SEÑORIAL.
En una pausada visita por las dependencias de los obispos de Albarracín, el viajero admirará el grupo de siete tapices que narran la vida de Gedeón. De vuelta a las recoletas plazas que salpican la población, el viajero puede subir hasta el cercano barrio de San Juan, desde donde se pueden admirar bellas vistas de esta señorial ciudad.
Por las intrincadas calles que suben a las partes altas del pueblo, por escaleras que aún conservan las láminas de madera envejecida de otros años, sorprende el juego de terrazas y anchas balconadas que se acomodan en cualquier peldaño sólido que encuentran en las fachadas. Al caer el día, el entramado urbano de Albarracín se hace inefable. El vecino del lugar, generoso como pocos, muestra orgulloso algunos rincones del pueblo que pasan desapercibidos a los ojos del visitante. La iglesia de Santiago, enfrente de la Casa de Santiago que en otro tiempo perteneció a esta Orden de Caballeros, atesora escondrijos que bien merecen una tranquila visita.
Este gran conjunto histórico-artístico, al que quieren considerar Patrimonio de la Humanidad, muestra también un bello convento en honor a San Esteban y San Bruno, situado en la vega, y al que los lugareños suelen visitar con asiduidad guiados por las bondades de estos santos varones.
Sólo a cuatro kilómetros de Albarracín, por la llamada carretera de Bezas, de agreste vegetación, se encuentra el Parque Cultural del Arte Rupestre. Bien merece una caminata. El parque muestra más de 20 abrigos en la roca donde se aprecia uno de los más destacados artes rupestres levantinos.
El viajero llegará al parque sin ningún problema, la señalización es correcta. Una guía asesora de los pasos que hay que dar hasta llegar a estos antiguos abrigos que fueron habitados en el epipaleolítico, 7.000 años antes de Cristo. El viajero puede perderse por los poblachos que se acomodan en las suaves laderas de los Montes Universales, seguir el cauce del Tajo hasta su nacimiento en estas serranías o introducirse en otros pueblos de gran belleza monumental como Orihuela de Tremendal, donde destaca su conjunto monumental de iglesias y palacios.
Una veintena de pueblos rodean al bello Albarracín en toda la comarca de la serranía. Aparte de visitar Teruel, la capital de la provincia, y admirar el legado mudéjar que invade sus calles y plazas, el viajero puede deleitarse con el paisaje que ofrece el término municipal de Saldón, donde se conserva una masa de sabinares que está considerada como uno de los tesoros botánicos más importantes de la Península Ibérica.
GASTRONOMIA.

Recios platos para una tierra que en invierno debe resistir los rigores de una fría estación. Destaca, por encima de todo, la originalidad de sus platos, un buen ejempo de ello son las migas con uvas. Esta exquisita especialidad puede degustarse en la mayoría de los restaurantes que hay en Albarracín. Otros platos suculentos se cocinan a base de frescas carnes, como la caldereta o el ternasco al horno.
VISITAS ALTERNATIVAS.

El viajero no debe dejar de acercarse a la bella localidad de Ródenas, que se encuentra a muy pocos kilómetros de Albarracín, al norte. Es en esta población donde los colores urbanos adquieren todo su esplendor. Sus casas son rojizas y amoratadas y constituyen de por sí una oportunidad única para observar cómo los vecinos de un pueblo han sido capaces de crear su propia cultura urbana. Con todo, cualquier visita quedaría insípida si el viajero no aprovechase para pasear por la cuenca del río Guadalaviar, sobre todo por la parte en que acomoda sus orillas a la quilla rocosa que se alza con Albarracín. En la actualidad, el municipio ha hecho sobre ella un bello paseo, dotado con zonas recreativas y hermosos jardines que invitan al viajero al paseo relajado. El visitante lo reconocerá de inmediato: se sabrá en uno de los más bellos rincones de esta vasta y contrastada España.
DORMIR.

El carácter turístico de la villa de Albarracín ha hecho florecer en los últimos años un buen número de negocios de restauración y hostelería de gran calidad. En esta población, a la que se puede acceder en cualquier época del año, hay buenos hoteles. La zona tiene una buena red de alojamiento de turismo rural. Para más información contactar con la Asociación de Turismo Rural Sierra de Albarracín. Teléfono de la central de reservas: 978-70 12 66.

ARTE RUPESTRE DE LA SIERRA DE ALBARRACÍN







Las pinturas rupestres se encuentran en abrigos situados en barrancos poco accesibles y aislados. Es un arte naturista, con dominio de la representación por parte de los artistas, que utilizan sobre todo los colores rojo, negro y blanco. Siendo el blanco lechoso el color exclusivo en la Sierra de Albarracín.
Aparece como técnica fundamental la conjunción de hombres y mujeres. El hombre es el protagonista de las composiciones, ya sea en actitud de caza o de guerra. Mientras la mujer queda reflejada en actividades de recolección o de danza. Los animales se muestran en actitudes naturales, y su tamaño es menor a las figuras del Paleolitico.
Sobre la cronología de las pinturas, resulta dificil definirse, sin embargo hay una coincidencia, por parte de los investigadores, en considerarlos del Meso-Neolitico-Edad de Bronce (8.000-6.000 hasta 1.000-800 a J.C.).Las pinturas ofrecen el problema de su conservación, que se ve afectada por los agentes atmosféricos: lluvia, viento, climatología. Pero sobre todo es la mano delhombrela que ha provocado pérdidas irreparables.
La zona por la que discurre el GR-10, en su parte correspondiente a la Sierra de Albarracín, cuenta con la posibilidad de admirar los siguientes abrigos: -Grabados de la Fuente del Cabrerizo. Situados muy cerca del mismo Albarracín, cerca de la Fuente del Cabrerizo, en una pared vertical. Se puede observar el grabado de un caballo de casi medio metro y un ciervo de 14 cm de alto. -Abrígo de los Torícos del Prado del Navazo. En este lugar puede admirarse un magnífico grupo de cinco toros grandes, más otros cinco de mayor tamaño y un ciervo, junto a un grupo de cinco arqueros acechando a los animales. Los toros están considerados como las figuras más antiguas del arte rupestre levantino, son de color blanco, grandes y muy estáticos. - Cocinilla del Obispo. Prado del Navazo. Hay un grupo de seis toros, pintados en blanco y rojo claro, con los cuernos en forma de lira. Muy cerca encontramos en una pared un arquero bastante esquemático que se halla tendido en el suelo. El lugar se denomina los 'Callejones Cerrados'. - Cueva de doña Clotilde, Masada de La Losílla, Hay hasta cuarenta y una figuras, incluido un pequeño árbol con frutos bien marcados, un hombre llevando a un cuadrúpedo con un ronzal, seis hombres estilizados con un extraño sombrero. - Los Tajados de Bezos. En el Covacho del Huerto hay tres hileras de puntuaciones rojos, de significado incierto, además de un cuadrúpedo en rojo muy mal conservado. En la Paridera hay dos grupos de figuras, ciervos y venados. - Barranco del Pajarejo. Situado a 3 km del Rento de Ligros, en un barranco profundo, puede verse la figura de un hombre y tres mujeres, estas últimas con faldas hasta media pierna. Muy esquemáticas. - Prado de Tormón. Cerca de una casa forestal se observa un toro de color rojizo, está incompleto. Muy cerca, a unos centenares de metros, se encuentra un toro de 75 cm de largo, negro y que anteriormente estuvo pintado de blanco. El primero se sitúa en la Cerrada del Tio José, y el segundo en la Ceja de Piezarrodilla. - Barranco de Los Olívanos. Está a 5 km. de Tormón, y cuenta con 33 figuras, todas ellas muy esquematizadas: figuras humanas, bóvidos, ciervos. - Abrígo de Almohojo. Cerca del pueblo de Almohaja, y descubiertas hace escasos años, junto con restos de cerámica y útiles halistátticos pertenecientes al Eneolitico y la Edad de Hierro.

PAISAJE PROTEGIDO DE LOS PINARES DE RODENO, ALBARRACÍN







Panel informativo y Laguna de Bezas.






El Paisaje Protegido de Los Pinares de Rodeno está incluido dentro de La Red de EspaciosNaturales Protegidos de Aragón. Destaca por sus formaciones rocosas de naturaleza silícea, una extensa mancha de pinar; que entiempos pasados, servía de economía para la zona como explotación resinera; y, un conjunto muy interesante de Pinturas del Arte Rupestre Levantino. En la actualidad, el abandono de las actividades tradicionales y una nueva perspectiva forestal, está permitiendo la recuperación de especies vegetales y con ellas una mayor diversidad faunística.




El Paisaje Protegido de Pinares de Rodeno tiene 5 rutas señalizadas. Hay paneles indicativos de inicio de ruta con la descripción detallada del Itinerario. A lo largo de los itinerarios las señales utilizadas son balizas de madera con letra y número: S1…S5 y en cruces flechas direccionales y toponimia.
• S1: Albarracín-Área Recreativa del Navazo.
• S2: Pinturas Rupestres.
• S3: Recreativo del Navazo-La Losilla Alta.
• S4: Centro de Interpretación de Dornaque-Pieza Llana.
• S5: Centro de Interpretación de Dornaque-Barranco de Las Tajadas y Peña del Hierro.
• Puntos de Interés.






divendres, 6 de febrer del 2009

EL ACUEDUCTO DE LA "PEÑA CORTÁ", CALLES.






La ruta se encuentra en la población de Calles, pueblo situado a 77 kilómetros de Valencia por la carretera CV-35 hacia Ademuz. Una vez en la población, y sin cruzar el puente que nos adentra en su nucleo urbano, veremos un cartel, a la derecha, indicador de la ruta que nos interna por el barranco de Alcotas, sobre el que se ha construido un enorme puente para la carretera.
Continuaremos durante unos minutos este camino, y llegaremos a una caseta, a la derecha un sendero marcado con blanco amarillo nos llevaría a Torre castro, por ahí
no volveremos. Nosotros seguimos de frente entrando en el barranco, pronto lo dejaremos y comenzaremos a subir cruzando por un llamativo puentecillo. La subida es un poco intensa pero corta, seguimos en todo momento las marcas del PR. Al terminar la subida dura, a la derecha, aparece un caminillo que nos interna en un frondoso barranco. Continuamos de frente y el sendero nos lleva directamente al comienzo del acueducto romano excavado en la roca. Es impresionante el corte de la piedra en uno de los tramos. Por las ventanas del acueducto tenemos una magnífica vista del barranco de Alcotas.
A la salida del acueducto pasamos por encima de un puente romano, bastante alto y un tanto estrecho, aunque sin mayor peligro que asomarse excesivamente al abismo.
El sendero sigue hasta Chelva, sin embargo nosotros aquí damos media vuelta y comenzamos a desandar el camino hecho. Pronto llegaremos al desvío del frondoso barranco a la derecha, pero nosotros continuamos por el mismo camino de la ida. No tiene pérdida.



Es una de las rutas emblemáticas en la Comunidad Valenciana, fundamentalmente por la ocasión de visitar el acuducto romano de Peña Cortada. Uno de los acueductos mejor conservados de la península. Está construido sobre el barranco de la Cueva del gato, y tiene 3 arcadas con una longitud total de 38 metros y una altura de 18. Los sillares que lo sustentan parece que fueron sacados de la excavación del canal en la roca.
Es una buena ruta para realizar por cualquier persona.

dijous, 5 de febrer del 2009

MENSAJE DE BIENVENIDA

Queridos amigos del club valenciano:

Estamos emprendiendo un camino de aventuras, viajes y proyectos y , sobre todo, de amistad para pasarlo bién y que nuestros hijos crezcan en un buen ambiente y con calidad de vida. Nuestro afán principal son ellos y por eso vamos a compartir parte de nuestro tiempo en salir de excursiones y viajes.

Ya el mes de noviembre emprendimos ese camino yéndonos de excursión a Calles, visitando el acueducto romano de la localidad. Fué una bonita experiencia que no podíamos dejar de repetir.

Somos un grupo de amigos del club valenciano de natación que pretendemos cohesionar una amistad ya creada en el club y que nuestros hijos e hijas se lo pasen muy bién y disfruten de su niñez y juventud , que verdaderamente es lo más bonito que les va a quedar para el dia de mañana.

Gracias a todos los que pretendan esto y animaros a uniros y continuar lo que vamos a comenzar.

Un fuerte abrazo.